En el trasfondo de la conmemoración del Día de la Mujer, me encuentro reflexionando sobre mi papel como padre de dos jóvenes mujeres. Recientemente, mis hijas me cuestionaron sobre mi postura respecto al feminismo, una conversación que desencadenó una serie de reflexiones sobre la complejidad de criar a la próxima generación en un mundo en constante transformación.
Explorando el Feminismo y la Radicalización:
Ante la pregunta de mis hijas, mi respuesta, aunque quizás no perfecta, fue franca. Considero que cualquier ideología que se radicalice tiende a la violencia. Sin embargo, comprendo y respeto las manifestaciones “extremas” que buscan señalar las deficiencias sociales. Pero más allá de las etiquetas, como padre, me he propuesto brindarles las herramientas necesarias para enfrentar un mundo cada vez más complejo.
El Poder del Conocimiento y el Empoderamiento:
Creo firmemente que la mejor “herramienta” que puedo brindarles es el conocimiento. Empoderarlas sin que ello implique pasar por encima de los demás, enseñarles sus derechos y obligaciones, capacitarlas para identificar “red flags”, fomentar la autosuficiencia y alentarlas a explorar el mundo. La educación, la empatía y el aprendizaje continuo son los pilares sobre los cuales construyo un futuro sólido para ellas, en una realidad mucho más compleja que la que me tocó vivir.
Aplicando Principios Universales a Todos los Hijos:
Este enfoque no se limita a mis hijas, sino que creo que es igualmente aplicable a aquellos que crían hijos varones. Todos los niños, independientemente de su género, deben aprender a ser empáticos, conocer sus derechos y deberes, y enfrentar un mundo en constante cambio. La crianza se convierte, así, en una tarea de equilibrio entre empoderar sin avasallar y educar sin imponer. La igualdad de género en mi enfoque implica empoderar a todas las personas, construyendo así un mundo más equitativo donde tanto mujeres como hombres sean conscientes y capaces de enfrentar los desafíos de la vida.
La Incertidumbre y la Esperanza:
En mi viaje como padre, no pretendo dictar cómo debes educar a los tuyos. Simplemente comparto lo que considero adecuado para mi situación. ¿Lo estoy haciendo bien? La respuesta solo el tiempo me la proporcionará. La incertidumbre es parte del viaje, pero abrazo la esperanza de que las lecciones que compartimos les sirvan en su camino.
En este Día de la Mujer, invito a reflexionar sobre cómo estamos criando a las generaciones futuras. ¿Compartes perspectivas similares o difieren tus enfoques? La conversación y el intercambio de experiencias enriquecen nuestro entendimiento y nos acercan a un mundo más igualitario. En el viaje de la crianza, cada voz cuenta.
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COMO MADRE DE UN VARÓN Y UNA NIÑA SIN DUDA ALGUNA LO PRIMERO ES QUE SEAN PERSONAS EMPATICAS, AMABLES Y QUE RESPETEN A TODO SER VIVO.