El Azul en Mi Vida: Un Color de Profundidad y Fortaleza

Hace unos meses les compartí cómo el color amarillo impactó mi vida de manera significativa, representando alegría y vitalidad. Hoy les hablaré de otro color que cambió mi vida: el azul, mi primer color.

El azul es profundo como el cielo al atardecer y vasto como el océano. Es un color que inspira calma, pero también representa fortaleza, confianza y sabiduría. En la paleta de mi vida, el azul ocupa un lugar especial porque llegó con fuerza hace 23 años, cuando la vida me regaló mi primer gran amor: Brenda.

Recuerdo perfecto aquella madrugada de un viernes 30 de noviembre. Anunciabas tu llegada desde temprano, pero como toda buena sorpresa, te hiciste de rogar. Llegaste muy tarde, cuando el día estaba a punto de terminar. Todavía puedo sentir esa mezcla de emoción y nerviosismo que sentí al cargarte. No quería ni moverme, temiendo que algún gesto pudiera lastimarte. Hoy, la vida nos encuentra compartiendo mezcalitas, riendo y celebrando cada etapa que hemos vivido juntos.

Brenda, el azul te representa por completo. Es un color noble, sereno y lleno de matices, como tú. Refleja tu integridad, empatía y la forma tan natural que tienes para escuchar y apoyar a los demás. Tu inteligencia me deja sin palabras, y tu capacidad para enfrentar los retos con determinación y valentía siempre me ha inspirado.

Hoy ya eres una graduada, una mujer que ha construido su camino con esfuerzo y dedicación. Estás en una nueva etapa de la vida, llena de posibilidades y sueños por cumplir, y no podría estar más orgulloso de ti. Te he visto crecer, aprender y convertirte en la mujer increíble que eres hoy.

El azul también me recuerda lo infinito que es el amor que siento por ti. Ha sido un color constante en mi vida, calmando las tormentas y recordándome que siempre hay algo más allá del horizonte. Así eres tú: mi calma, mi refugio y mi certeza.

Sigamos celebrando y creando recuerdos inolvidables. ¡Gracias por ser mi fuerza, Brenda! Te amo.